PLANIFICACION ARGUMENTADA
Pensar en la planificación implica siempre un gran desafío. Porque pensar
y definir la misma supone decidir cómo queremos formar a las futuras
generaciones. Cómo queremos formar a los futuros ciudadanos, a los futuros
profesionales. Pero no siempre tomamos en cuenta que cada año es un grupo de
alumnos diferentes, heterogéneos y con un contexto ligado al mismo. A pesar que
se nos indica que debemos cumplir con los saberes establecidos según un DCP, diseñando
una planificación totalmente lineal, el día a día nos lleva a trabajar sobre
todo en un currículum real y mucho más en el oculto.
Siempre tratamos de planificar según las capacidades y
competencias que queremos desarrollar ya que el objetivo en sí, siempre será el
mismo cada año que comienza: que los jóvenes que egresan tengan todas las
herramientas, habilidades y formación para desempeñarse en ambientes
productivos, laborales y sociales. Y con este fin bien definido, pensamos en la
estrategias que vamos a incorporar, tratando de llevar a cabo las actividades
que uno tiene pensado, la forma en que queremos dirigir la clase, las
herramientas que queremos aplicar creyendo que el alumno se entusiasmara igual
que uno cuando lo planea pero no siempre cumple con las expectativas, sobre
todo porque muchas veces te encontraras con una clase de resistencias por parte
de ellos ya sea porque se acostaron tarde y no están con todas las luces a la
hora de tu clase, o porque tengan problemas en casa o con sus pares o
simplemente porque tu materia no le entusiasma y por lo tanto las actividades
nunca se desarrollan exactamente como estaba previsto. Los alumnos disponen de
cierto control sobre el ritmo e intensidad del trabajo escolar. Es acá donde me
planteo cuanto es lo que conozco de mis alumnos y allí tomando en cuenta las
preferencias y resistencias que puedo tener de ellos es que se produce una
clase de negociación abierta y es donde
debe nacer nuestro papel de mediador, tratando de comprender, adaptar y
negociar con los alumnos
El día que nos tocó trabajar sobre la planificación argumentada, en la que el docente organiza su práctica educativa considerando los elementos del contexto, las características de sus alumnos y los recursos con los que cuenta, aparte de la planeación didáctica para lograr el aprendizaje correspondiente me hizo repensar que no puedo ser ajena tampoco al mismo contexto sociocultural de mis alumnos, es un hecho que influye y por ello debo ser reflexiva y replantear mis prácticas. Como tampoco puedo ser ajena al movimiento que se produce dentro de la misma escuela, códigos que nacen entre ellos, sentimientos, formas de expresarlos, valores, comportamiento y adaptación que se van forjando y que impacta en esas personitas que veo a diario, como también estar consciente de que ofrece la misma institución y con que cuentan los estudiantes por parte de ella.
Si concebimos que la
escuela es un agente primordial de trasmisión de la cultura, que otorga
herramientas de trasformación social, debemos pensarla más democrática e
inclusiva. Que incluya no solo conocimientos específicos, sino también que
incorpore esos “otros saberes” que tiene cada alumno, saberes relacionados con
lo cotidiano, con su contexto y de ahí que el aporte de mi materia en la
práctica cotidiana deba ser incorporado en estas “nuevas escenas” que se
despliegan. Por ello a futuro apunto a lograr un enfoque superador en mis
prácticas.
"LA DOCENCIA ES UNA PROFESION EMOCIONALMENTE APASIONANTE, PROFUNDAMENTE ETICA E INTELECTUALMENTE EXIGENTE, CUYA COMPLEJIDAD SOLAMENTE ES VIVIDA POR QUIENES SOLEMOS PONER EL CUERPO Y EL ALMA EN EL AULA" M. FULLAN Y A. HARGREAVES